Escritos sobre los Exaltados a Celebres del Camuy Arenas [2012] por el Sr.
Pastor Santiago Toledos, Presidente Junta de Directores, CamuyCoop
Ángel
Rodríguez Colon
"Angelito"
llegó a Camuy vía Arecibo pero pareció llegado del cielo. El “caballero
silente” del left field en la parque cuya verja era de planchas de zinc, con
postes de madera y focos dentro del terreno de juego, bleachers de cemento,
algunos sin pulir y techado de zinc y con un backstop cerrado, comenzó a
producir tan pronto llego a Camuy. Bateador de fuerza, Angelito era reconocido como un buen bateador cuando
en la sección norte había extraordinarios jugadores y equipos. Recuerdo haberlo visto sacar una bola alta
“pescuezua” por todo el left field del parque de Camuy.
Angelito
en el left era como que el sol sale por el este. Humilde, callado, respetuoso
un verdadero caballero, Angelito se gano a la fanaticada camuyana en particular
a mi abuela Pancha López. Recuerdo a
Paco Abreu cantando una plena que decía “Déjala bailar Angelito, déjala bailar,
no seas tan celoso Angelito, déjala bailar”. Ese era el beisbol de la época donde los jugadores llegaban al parque
con el uniforme puesto, con chancletas y el guante, los ganchos y el bate en
sus manos. Compartían con el pueblo sus
fanáticos antes del juego, en el intermedio del doble juego y después del
juego.
Los
números no mienten, Angelito fue uno de los mejores bateadores del Camuy Arenas
y jugó la pelota con tesón y dedicación. Era y es un querendón de la fanaticada pues siempre se daba la vuelta
para ver los arenosos estando ya retirado. Los fanáticos de mi generación tenemos una deuda de gratitud con
Angelito y otros Arenosos fuera de serie por se buenos peloteros pero mejores
personas. ¡Gracias!
Manuel
A. Crespo Soler
Papo
Crespo es uno de esos seres legendarios a quienes pocos conocen por su nombre
de pila. Papo y yo fuimos compañeros en
la escuela y en nuestra juventud gloriosa. Hijo de Camuy hasta el “tuétano”. Papo se distinguía en la escuela por su hermosa caligrafía y en la
temprana adolescencia comenzó a descollar como pelotero con un brazo de lanzar
prodigioso.
Producto
de las Estrellas Juveniles y de los equipos que dirigía Freddy Hernández, entre
otros. Papo Crespo y Carlitos Hernández
Tridas fueron a mi mejor recuerdo los primeros camuyanos en jugar Pequeñas
Ligas en equipos del área metropolitana. Muy joven aun debutó en el Camuy Arenas como un receptor fogoso con una
bazuca por brazo y a quien había que atropellar para poder anotar en una jugada
en el plato. Recuerdo como gozaba cuando
llegaba a base un potencial robador de bases. Salía el corredor y Papo cargaba el brazo y soltaba un hilo para darle
out o la metía profundo al center field, donde llegué a ver al Guareto Medina
quien tenía otro cañón, “explotar” al corredor en home o meterla por encima del
backstop. Papo no se rendía, a pesar de
haber militado en equipos mediocres. Era
un orgullo ver jugar a ese hijo de Camuy quien gano como lanzador un juego en
el Carnaval de Campeones del 1964. Una
vez concluyó su vida como pelotero Papo dirigió al Camuy Arenas AA donde se destacó por se un dirigente
exigente en la preparación física, disciplina y el esmero con que se tenia que
jugar. Fueron muchos los que no supieron
aquilatar sus dotes de líder nato salpicando con su lenguaje florido. Su mejor desempeño como dirigente fue con el
Camuy Arenas Clase A donde moldeó un equipo que funcionaba como un reloj suizo
y donde ganó el campeonato de Puerto Rico en el 1987.
Alejado
del beisbol como jugador y dirigente sigue siendo recordado como un gran
entrenador habiendo sido parte del esfuerzo que llevó a su hijo Jesse Joe al
profesionalismo. Hoy día, Papo Crespo es
un fanático asiduo del Camuy Arenas con su omnipresente radio. Arenoso del “corazón del rollo” Papo Crespo
es sinónimo del orgullo que sentimos por Camuy y los arenosos.
Pedro
Santos Guillama
Hijo
de Moncha e Ismael y hermano de Olga y Myrna. Pedro, descollaba como atleta desde pequeño cuando jugábamos pelota en
un “cercao” en la Zarza donde vivía. Pedro era incansable un verdadero “fiebrú”. Su poderoso brazo derecho era tema de discusión
de los fanáticos del beisbol de la Zarza entre ellos los Vega y los Cajigas. Recordamos a Pedro como el lanzador del
equipo varsity de la high con Papo Crespo como cátcher enfrentándonos al equipo
de Manatí donde jugaban entre otros futuros peloteros AA, Tony Valentín, padre.
Como
sucede en muchas ocasiones y en muchos pueblos Pedro comenzó su carrera en la
pelota AA con el equipo de los Patrulleros de San Sebastián. “Nadie es profeta en su pueblo” dice el dicho
de refranero popular y tal vez no haya lugar donde se haga patente que en el
deporte. Al cabo de tres años en “El Pepino”
Pedro volvió a su Camuy natal donde militó por quince años con los arenosos.
Pedro
obtuvo 43 victorias con una efectividad de 3.83 en 636.2 entradas
lanzadas. Los fanáticos arenosos tienen
que recordar las joyas monticulares que en muchas ocasiones lanzaba Pedro con
buena recta y enorme curva tal vez solo comparables a la de Ángel Luis
Rodríguez. Además, de lanzar el vínculo
de Pedro con el Camuy Arenas incluyo el ser dirigente de la novena en dos
ocasiones distintas. Ya retirado como
lanzador y dirigente Pedro se convierte en un exitosos comerciante y junto a
Luis “Cano” Rivera Toledo se echan sobre sus hombros al Camuy Arenas en los
largos años de peregrinaje debido a la construcción por siete largos años del
modero Cheo López. Cano Rivera como
apoderado y Pedro Santos como coapoderado libraron arduas luchas de las que
muchos fuimos testigos por mantener el equipo a flote. La hazaña de Paco Torres, Cano Rivera, Pedro
Santos y otros por preservar vivo al Camuy Arenas es un record difícil de igualar. Jugar durante siete años en parques de
Arecibo y Hatillo es algo digno de encomio y algo que los fanáticos del Camuy
Arenas no debemos olvidar y siempre agradecer.
Con
el tiempo Pedro se convierte en apoderado del Camuy Arenas y logra un campeonato
seccional (2004) y dos participaciones en el Carnaval de Campeones jugando aun
fuera de Camuy a pesar de las condiciones adversas de los años de nómadas hay
que reconocer el esfuerzo de Pedro y todos aquellos que nos han permitido
sufrir y gozar al mantener a los arenosos sobre el terreno de juego año tras
año desde el 1957.
Francisco
“Paco” Torres Quijano
Con
el mayor de los respetos pensamos que la mejor forma de describir a Paco Torres
es como un “jibaro bueno”. Servido
publico como maestro y director de escuelas de excelencia, agricultor y
ganadero, esposo y padre de punto y aparte, hijo y hermano cabal, deportista
como fanático del beisbol y de caballos de paso fino y esto dentro de un amor
entrañable por Camuy y Puerto Rico. Sin embargo, lo que más destaca de este
“jibaro bueno” es su espíritu de lucha y su humildad. La mas resiente muestra de lo anterior es la
forma valiente que se enfrentó a un serio quebranto de salud.
Hay
dos generaciones de fanáticos del Camuy Arenas que le debemos a Paco Torres el
que tuviéramos beisbol AA en Camuy. Hubo par de años de exilio en Hatillo pero
a pesar de las vicisitudes ahí estaban los Arenosos. Paco supo aglutinar a un grupo de personas
que le acompañaron en sus veintisiete años como apoderado. Obtuvo como apoderado dos campeonatos de
sección en los años 1975 y 1987. Recuerdo fielmente haber escuchado a peloteros decir que en Camuy las
dietas no eran las que pagaban otros equipos pero que Camuy y Paco Torres no le
debía ni un centavo a sus peloteros. Otro comentario de pasillo de la época era que
Camuy no le debía nada a la liga pues los administradores y el apoderado de
Camuy era gente de la mayor seriedad y honradez.
El
presidente de la Federación de Beisbol AA el Lcdo. Osvaldo Gil aprecio en Paco
Torres los dotes y características que lo adornan como ser humano de
excelencia. Rápidamente atrajo a Paco
para que ocupara diversos puestos directivos en la Liga. Paco le inyecto a la Federación su capacidad
para dialogar con respeto y firmeza, su capacidad para convencer y no
atropellar. La liga se prestigio con
Paco como su vicepresidente por siete años. Representó a la Federación de Beisbol Aficionado AA como delegado en Cuba
y Taiwán. En una ocasión fue electo
Ejecutivo del Año. Tal vez el mayor
reconocimiento se le ha hecho a Paco Torres fue su exaltación al Salón de los
Inmortales del Beisbol Aficionado en el 1997.
Paco
Torres es un deportista fuera de seria. Estoy seguro que su record de 27 años como apoderado del Camuy Arenas no
será ni amenazado pues el beisbol AA ha cambiado mucho desde que Paco cedió la
administración del equipo. Alguien dijo
que los seres humanos y sus hazañas no mueren mientras mantengamos vivos sus
recuerdos. Estoy seguro que personas de
verbo florido como Osvaldo Gil pueden hablar durante horas de Paco Torres. Me enorgullece el que se me haya brindado la
oportunidad de escribir sobre Paco Torres y sus aportaciones a Camuy y los
Arenosos, aun así, me siento en deuda con Paco por no haberlo dicho antes y en
persona. ¡Gracias! Caballero del
Deporte.
Secundino
“Cundy” Soto Martínez
Hatillano
de nacimiento pero camuyano por adopción, Secundino Soto es a mí entender, con
el perdón de muchos otros, el pelotero no camuyano que con más garra y orgullo
vistió el uniforme de las once letras. Había que ver como Secundino se enfrentaba a los mejores equipos de la
Liga fin se semana, tras fin de semana, y batallaba lanzando partidos que con
mas defensa y bateo hubiesen significado mucha mas victorias.
La
recta por el lado del brazo de “Cundy” era veneno para los derechos y ya un
lanzador mas maduro descubrió la curva o slider con menos velocidad para
neutralizar a los zurdos. Caballeroso,
callado y humilde no cejaba ante los retos y no había quien los intimidara,
todo lo contrario.
La
mejor muestra de empero de Cundy fue la recuperación de una fractura en un
tobillo y otras lesiones sufridas en un accidente. La recuperación fue larga pero no cejó en su
empero por volver a lanzar con el Camuy Arenas. Regresó al Camuy Arenas y lanzó tal vez sus mejores juegos con Camuy. Cundy obtuvo 66 victorias con efectividad de
3.68 en 1,076 entradas lanzadas durante sus 23 temporadas con Camuy. Aún recuerdo al señor padre de Secundino,
quien fue mi amigo, desesperado cada vez que su hijo lanzaba un juego de
quilates pero donde no salía triunfante o por falta de ofensiva o de defensiva
de los Arenosos de esos años.
Los
seres como Secundino son inauditos en el beisbol moderno. Los vínculos de los peloteros con sus equipos
no son tan estrechos y duraderos. El
coraje y empero de Cundy por hacerlo bien cada vez que subía a la loma de
lanzar caracterizaba a este caballero que sudaba vergüenza bajo el ardiendo sol
camuyano. Los camuyanos tenemos una
deuda de eterno agradecimiento con Secundino Soto Martínez.
Alberto
Ávila López
Alberto
fue mi amigo o “parsa” como me llamaba. Compartimos muchas ideas en especial el amor por Puerto Rico y el Camuy
Arenas. Alberto, para muchos jóvenes
camuyanos era un intelectual de pueblo. Escuchar a Alberto narrar sus experiencias en España durante el régimen
de Franco era una clase de historia. Declamaba los poemas de Federico García
Lorca con la pasión de un buen bohemio, pero, a la misma vez, su extraordinaria
memoria te decía quien fue el chofer de carro público que trajo a Charlie
Pizarro a Camuy por primera vez. Solo
había que “cucarlo” mencionando el apodo de un pelotero, Motorita, Churí, el
Caballo, Cuqui y Alberto nos indicaba quien lo trajo a Camuy, el tiempo que
jugó, sus mejores momentos y los no tan buenos. Almacenaba periódicos y reportajes en su casa y en su memoria. Este hijo del barrio Abra Honda, sede los
fanáticos del “corazón del rollo” del Camuy Arenas, no solo sabia de Doble A,
sino de todos los equipos de Puerto Rico. No podía faltar el radio ya que su juventud fue en la época en que no
había o comenzaba la TV.
Pienso
que el ser fanático del Camuy Arenas toda su vida llevó a Alberto a ser algo
pesimista. Quien no recuerda su famosa gesta donde se pasaba el dedo índice por
la garganta, “el degollado”, cuando el equipo caía abajo en el marcador?
Alberto
Ávila fue un hombre bueno, sencillo y humilde. Nos legó sus Recuerdos del Camuy
Arenas y una sincera amistad.