En nueve entradas de labor, el serpentinero, oriundo del residencial Zorrilla, en Manatí, apenas cedió dos boletos gratis. Un tercer bateador llegó a base, producto de una pifia defensiva de los manatieños.

“Nosotros empezamos a darnos cuenta ya para la sexta entrada (de que se cuajaba un posible ‘no hitter’ ”, relató Ángel Machado, dirigente de los Atenienses, sobre la inolvidable joya de Vázquez. “Pero ninguno de los muchachos le habló sobre ello. Yo lo único que le preguntaba era si sentía bien, a la vez que le llevaba la cuenta de los lanzamientos”.

El zurdo Vázquez se valió de una recta, alternada con una curva y un cambio de velocidad, para mantener confundidos a los bateadores arecibeños.

“Estoy muy contento por lo que logré y le doy gracias a Dios por todo esto”, dijo Vázquez. “Ahora mismo no tengo palabras para decir cómo me siento, pero es un momento bien especial para mí”.

Cuando la bola estuvo en juego, la defensa de Manatí sacó la cara por su lanzador, logrando varias atrapadas claves, particularmente en los jardines, para mantener con vida el ‘no hitter’.

“Tengo que darles gracias a los muchachos, ya que la defensa de ellos estuvo muy buena y eso me ayudó”, agregó el ganador. “También estuve bien controlado. La recta estaba en la zona, el cambio de velocidad fue muy efectivo y mi curva contra el piso fue un arma letal para sus bateadores de fuerza”.

Víctor Vázquez se une a Jorge Mateo (2007) y Rawell Rivera (2009) como los últimos tres lanzadores que han conseguido un partido sin hits ni carreras en la pelota dominguera.

Por José A. Sánchez Fournier
Periódico El Nuevo Día